domingo, 27 de abril de 2014

Unas Mini-vacaciones


Recién pasó el descanso de Semana Santa, muchas personas viajaron a distintos lugares, muchas personas esperaban divertirse, otras ir a procesiones y así. Yo al principio estuve aburrido en mi casa, haciendo tarea, muriendo de aburrimiento como ya dije; también fui a ver un par de procesiones, y sobre todo comí mucho.
Como todos los años, mis padres y yo vamos siempre que tenemos vacaciones y/o descanso a casa de mi abuela ubicada en el Puerto de San José, en total estuve 4 días en la playa. El calor por momentos era insoportable, pero era contra restado por el aire provocado por el vaivén de la hamaca.

Por lo general siempre que estoy allá me aburro pero esta vez mi primo y mis tíos llegaron, e hicieron que mis vacaciones fueran diferentes. Los mariscos no faltaron, me atiborré de caldo, y me cansé de comer :D, por un momento creí que iba a explotar. Por otra parte, gocé en la playa, las olas eran enormes pero había mucha gente. En fin, en la bocabarra, ese lugar en el cual convergen el mar y el canal de dicho lugar, no hay olas es como un mini lago salado en el cual muchas personas llegan a disfrutar.
Una tarde se nos ocurrió ir a ese lugar, que por cierto no queda muy lejos de la casa de mi abuela, varias cosas me pasaron: escalar una montaña gigante de arena y luego correr cuesta abajo para finalmente caer en el agua, montar una especie de banana inflable junto con otras cuatro personas que era halado por una lancha y caerme de ella cuando daba vuelta; también fue lindo nadar en medio de la nada, ir “mar adentro” y no tocar fondo ¿alguien lo ha hecho? Se siente como si te fueras a morir, afortunadamente sé nadar, acostarse y flotar en medio de la nada fue lo mejor (las clases de Ms. Reina Funcionaron).

También me sucedió una cosa muy curiosa, la bocabarra está formada por unas rocas enormes, que quién sabe cómo están ahí, un lugar al que solo se puede acceder caminando; lo que ocurrió fue que estando en la orilla, me encontraba observando cómo unos pobladores pescaban, de pronto vi que todos salieron corriendo, y me asusté. ¿Qué pasaba? –Me pregunté a mi mismo- de repente escuché un estruendo, y una ola enorme chocó contra las piedras más próximas al mar, de pronto un manto de agua, una cortina salada de aproximadamente 15 metros de altura se levantó sobre todos los que nos encontrábamos allí, cubriéndonos y empapándonos de agua salada. Luego de eso todos sonrieron, y sucedió otra vez, en total fueron 3 las olas que chocaron bruscamente con las rocas. Es una experiencia que jamás olvidaré.


Sin lugar a duda fueron unas mini vacaciones diferentes, que me hicieron muy feliz, será una experiencia que espero contarle a mis hijos algún día.

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