lunes, 9 de diciembre de 2013

Olvido

Permanezco en este espacio frío y sin compañía, más me llena el vacío y el silencio de la tranquilidad, pidiendo que nadie me interrumpa por si quiero llorar.
No quiero que me dejen viajar al mundo de la soledad, pero caigo rendido ante las constantes decepciones y ansiedad, envolviendo esta alma con el manto del invisible olvido y no esperar.
Paso desapercibido entre tanta gente que me conoce, aunque cala en mi cuerpo la sensación de tranquilidad, y la angustia rasga mi alma logrando escapar. Pierdo la exactitud de mis pasos, aun teniendo un camino trazado en la oscuridad y paso tras paso logro volver a olvidar.
Tengo la sensación de que he sido el objeto para la curación de otras personas, que me han utilizado para seguir adelante con sus vidas. Y ahora les irá bien, creo. Me consta que así es en algún caso. Yo no sabía que acabaría así. Como si me hubieran robado la energía para seguir, el deseo de conocer, las ganas de todo. El valor de arriesgarme a sonreír.


Este texto no es para arremeter contra nadie, excepto contra mí. Por imbécil. Ahora estoy más solo que nunca.

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