domingo, 22 de septiembre de 2013

PBA: mi mundo, mi complemento mi felicidad


¿Compañeros? –No lo creo, yo los considero hermanos.

Según la RAE, se define como amistad al “afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato” yo lo definiría con tres simples letras: PBA.
Sin duda alguna, la mejor  experiencia que he tenido, pero  no todo es perfecto. Recuerdo el primer día, todos eran unos simples extraños a excepción de dos o tres personas. Con el paso del tempo conocí a personas maravillosas, cada una con diferentes cualidades. Algunos más raros y desquiciados que otros, unos callados, otros bulliciosos y otros a los que llamo mis hermanos.
¿Todos para uno y uno para todos? Justamente me di cuenta de que cada persona complementaba al grupo.

Vaitos, los mejores amigos que alguien pueda tener. En ellos encontré el significado de las palabras compañerismo y amistad, pese a que fui el último en unirme a ellos. Risas, recuerdos, celebraciones, las típicas “reventadas”, chamuscas, miradas, golpes y bailes. Todo esto forma parte de mi mundo, un mundo que creía completo, pero no era así, entonces -¿Qué hacía falta en mi mundo?- si lo tenía todo. Justamente pasó un año para que pudiera encontrar la respuesta.

Estando ya en quinto bachillerato, un año después de haber ingresado al CAG. Me tocó conocer a un maravilloso grupo de personas. Sección 11-5, quizás no conozco a todos, quizás a algunos les hable, a otros no. Pero estoy seguro que todos valen otro y nadie cambiará eso. ¿Cómo me di cuenta de esto? Pues para la asamblea del día de la  Independencia, PBA tuvo que organizar una actividad grupal. Una presentación que para muchos era innecesaria en la cual la mayoría de personas no quería participar (incluyéndome). Debo decir que fue una de las mejores experiencias que he tenido dentro del colegio, desde la organización, junto con las sonrisas y miradas, hasta el momento épico de la presentación en el cual el público nos ovacionó coreando “otra, otra, otra” al final de la presentación. 


Un suspiro, ver al público, sonrisas, gritos, alegría, el sentimiento de ser chapín, observar a mis compañeros, el hecho de cantar a todo pulmón. Me sentí  diferente, olvidé mis penas, olvidé al mundo, fue entonces cuando me di cuenta que mi vida estaba completa. Amigos, hermanos, una familia, 11-5 y 12-5 me complementaron e hicieron que después de mucho tiempo volviera a ser feliz.   

No hay comentarios.:

Publicar un comentario