Todo parecía ser normal, otro fin de semana común y corriente, pero afortunadamente
no fue así.
Sábado 6 a.m. mi alarma sonó como por arte de magia ya
que sin ser programada se activó sola, observo mis mensajes y encuentro uno de
mi amigo Douglas, informándome la hora y el lugar de nuestra reunión. Yo muy
contento por no ir a estudiar me alisté y sin contratiempos salí de mi casa.
El punto de reunión estaba considerablemente lejos de
mi casa, y puesto que no teníamos carro para transportarnos decidimos irnos
(Douglas y yo) en transporte público. Llegué y vi a mi amigo, todo normal,
observé las bolsas de mi pantalón y todo estaba en su lugar. Tomamos otro bus
para llegar al centro de reunión, el centro comercial Tikal Futura. Estando
dentro de la camioneta, yo iba muy confiado por ir con Douglas (grave error),
llegamos a nuestra parada y nos bajamos del bus.
Mi sorpresa fue observar las bolsas mi pantalón y ver que me faltaba algo: lo primero que pensé fue en mi teléfono, desafortunadamente tenía razón. Mi teoría es que en un momento de desesperación por parte de las personas por querer bajar de la camioneta, me descuidé y tomaron el teléfono de la bolsa de mi pantalón. Me sentí triste, o algo así por el teléfono, y por Guatemala ya que hoy en día una persona no puede ir tranquila por la calle, pero eso es historia aparte, el teléfono ya no existe más.
Siguiendo con nuestra travesía con Douglas, finalmente llegamos al centro comercial. El motivo de la reunión fue para hacer un trabajo del Colegio, que involucraba un elevador. Con excepción del robo de mi teléfono, todo lo que pasó el resto del día fue genial, y sé que nunca olvidaré ese día.
Mi sorpresa fue observar las bolsas mi pantalón y ver que me faltaba algo: lo primero que pensé fue en mi teléfono, desafortunadamente tenía razón. Mi teoría es que en un momento de desesperación por parte de las personas por querer bajar de la camioneta, me descuidé y tomaron el teléfono de la bolsa de mi pantalón. Me sentí triste, o algo así por el teléfono, y por Guatemala ya que hoy en día una persona no puede ir tranquila por la calle, pero eso es historia aparte, el teléfono ya no existe más.
Siguiendo con nuestra travesía con Douglas, finalmente llegamos al centro comercial. El motivo de la reunión fue para hacer un trabajo del Colegio, que involucraba un elevador. Con excepción del robo de mi teléfono, todo lo que pasó el resto del día fue genial, y sé que nunca olvidaré ese día.
Esto fue lo que pasó: llegamos con Douglas y teníamos
que esperar a que los demás llegaran, estuvimos observando las vitrinas de los
distintos locales deportivos. Decidimos ir a McDonald’s a comer algo, un helado
no nos cayó mal. César llegó entonces y
ya éramos tres, y luego Fátima, un par de bromas y Mynor apareció.
Decidimos entonces hacer el proyecto, fuimos hasta el piso de abajo y
nos pusimos frente al elevador, un par de fotos para demostrar nuestra
presencia, decidir quién iba a ser el sacrificado(el muñeco de prueba), que
finalmente fue Douglas, y luego a trabajar, fue algo rápido, sin mencionar
nuestra pereza por trabajar. Lo hicimos
en aproximadamente 8 minutos, algo inusual sin duda. Saliendo del elevador nos
propusimos hacer algo, el problema es que no sabíamos que hacer.
Se propusieron muchas iniciativas (nótese el sarcasmo):
jugar boliche, jugar billar, ver una película, jugar Gotcha; pero todas y cada
una de ellas tenían un pero. Estnado en el área de juegos y los cines,
sentíamos en el piso se movía, alguien dijo que estaba temblando y todos observamos
a las demás personas. Nos pareció extraño peus nadie se movía. Decidí entonces
ir a preguntarle a un cajero ¿qué era lo que pasaba? Y me respondió que debido
a un evento en el piso de arriba eso sucedía constantemente. Finalmente alguien
dijo vamos a jugar Gotcha, creo que fui yo, pero Fátima dijo instantáneamente
que no, entonces pensé en convencerla, claro porque yo quería pegarle con las
balas de goma. Fuimos a ver los precios y vimos que tenían láser, algo que
nadie había jugado antes.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi5WO518DI9Gb1lCAQ_zTl2yc62MsNHrlSv3yuc74K0Eks7L42kjLMoA-ANCC_pjLJoBRSZH0R6Kxj-tLM9W-xr3hpuof59-nxDfb33EjRkY9Hyyqyq6ZJTadWEX7eQS9SmxGYhcTanhsg/s1600/paint1.jpg)
Al final Mynor ganó ya que impactó más veces y fue
menos impactado. Pero eso es lo de menos, ya que nos quedó una gran anécdota a
todos, pues fue la primera vez que hicimos algo juntos de esa magnitud. Al
salir todos desorientados y sudados por cierto, caminamos desorientados y
sonriendo, me sentí como un paseante (según Unamuno: Paseante es aquella
persona que camina sin un destino fijo, a diferencia de Caminante que sí posee una
meta y un rumbo).La sed en todos nosotros era inminente, y habiendo
recorrido parte del piso en el cual nos encontrábamos, finalmente nos topamos
con una máquina expendedora de bebidas, luego de pelear por 5 minutos ya que no
aceptaba nuestros billetes y se tragaba las monedas, obtuvimos las tan
preciadas gaseosas para saciar nuestra sed. :3
Era hora de comer y decidimos ir por algo, todos
estuvimos de acuerdo en ir a comer Taco Bell, en donde claro, fui excluido del
grupo por un momento ya que no me quisieron dar lugar en la mesa, finalmente
nos sentamos todos y estuvimos conversando, era hora de regresar a casa. Todo
sin novedad en el regreso, solamente mucho tráfico por las avenidas
principales, y con la mala suerte de regresarme en la misma unidad (bus) en la
que me habían robado el celular.
Al regresar a casa le expliqué todo a mi madre,
observé que el equipo que apoyo (Real Madrid) había ganado por goleada sin su
máxima estrella Cristiano Ronaldo. Y que el FC Barcelona había perdido, brindándonos
a nosotros los madridistas la oportunidad de estar primeros en la tabla. Al
momento que escribí esta entrada, el partido del otro rival de la Liga de
España, el Atlético de Madrid estaba jugando e iba perdiendo 3-0, con lo que mi
equipo favorito va puntero en la Liga.
Pese a haber sido víctima de robo, todo lo que sucedió
en ese día, (Ayer sábado 22 de Febrero) fue genial. Un día que sin duda nunca
olvidaré, gracias a las personas que lo hicieron especial. Mynor, César,
Douglas y Fátima, mil gracias.