Dicen que las personas no sabemos apreciar lo que tenemos
hasta que lo perdemos. Por suerte yo no he necesitado llegar a eso. El miedo
que he sentido al creer que puedo perder a mis amigos me ha bastado para
comprender cuánto los quiero y que tan importante son ellos para mí. He llorado
tanto con sólo imaginar mi vida sin ellos, que ahora entiendo que los necesito.
No sé cómo seguiría adelante si ellos no estuvieran a mi lado.
Los Vaitos, esos compañeros de cada clase, los cómplices de las aventuras que afrontamos día a día, los confidentes de los enamoramientos repentinos que tenemos cuando vemos a esas personas “guapas”, los mejores consejeros en las decisiones importantes de la vida y de los problemas que tenemos en la misma, los compañeros de equipo con los que juego en interaulas (Vaitos F.C.), los que no se enojan si los llamas a las 3 de la mañana y esos amigos que se ríen de las bromas día a día incluyendo a los que no aguantan “casaca”. Los compañeros en trabajos de grupo, esas personas con las que puedo contar. Los amigos, son esos hermanos entrañables, que elegimos y volvemos a elegir en todas las etapas de nuestra vida. Nos acercamos, nos alejamos, los volvemos a ver y es como si el tiempo nunca hubiera pasado. La amistad tiene esa extraña cualidad de conservar la esencia del vínculo.
Fernando: el enorme basquetbolista y un gran artista, una persona con quien he compartido durante más de un año la mesa de la clase de arte, una persona que tiene un talento magnífico para dibujar y pintar, alguien que por sus dibujos me opaca (hablo por toda la clase de arte), es ese tipo de personas que quizás es más reservada. Cuando me dicen la palabra “Fernando” pienso en una mezcla de Michael Jordan y Leonardo Da Vinci. Será sin duda recordado por su altura y por las incoherencias que juntos decimos, con tono sarcástico, ya que como él comprenderá “a nosotros se nos da eso de ser buenos con la computadora”. Brayan: el atleta, alguien con quien solo pude compartir un año debido a que se fue a Singapur debido a su intelecto. Una persona que siempre es mencionada al hablar de la fiesta de cuarto para quinto. Pocos pero valiosos momentos son los que caracterizan mi amistad con este individuo, por ejemplo la noche de luces, en la que ambos compartimos una tarde-noche inolvidable, en la que disfrutamos de los juegos dentro del colegio, desde estar dentro de una pelota inflable gigante, hasta intentar hacer 3 Backflips en el Bungee e intentar bailar en Dance Dance Revolution, juego en el que fuimos descalificamos por hacerlo malísimo, sin duda una gran persona que será gran influencia en mi futuro.
Jaime: mejor conocido como Mynor, esa persona que es molestada por todos por ser gordito, aunque él con mucho orgullo dice que no está gordo sino pachoncito, la persona de la que aprendí que se puede querer a un club de futbol más que a tu propia vida, el que está loco por el CSD Municipal, el portero de la clase, con la persona que hacemos sonidos musicales en la clase de arte y con la cuál bailamos sin razón. Será recordado en mi mente por amar a su club y por la canción “Ode to oi” la cual bailamos junto con Fernando, también lo recordaré por sus a veces magníficas y a veces mediocres actuaciones como portero en partidos de interaulas, también porque él fue la primera persona con la que hice una video llamado vía Skype.
Por último pero no menos importante Douglas: el marero, esa persona que es una gran influencia para mí, una persona que sin duda es una de las personas con quien he compartido mucho durante estos últimos meses de mi vida, mi compañero eterno, destacado por ser “hachero” en los partidos de fútbol, el defensa, es la única persona que conozco que siendo una persona culta y teniendo peinado y vestimenta de marero, sobresale en todas las clases, siendo una persona humilde que no tiene envidia de nada ni de nadie, que no le teme a las adversidades; que no se calla nada, es decir si lo molestan se aguanta pero luego te sale con una burla mejor y más hiriente que deja perplejos a todos, lo considero como un cerebrito, un marero aplicado, una persona que ha sido mi compañero de bus a lo largo de mi estadía en el CAG, ese al que le puedo contar todo y con el que puedo juzgar a todos sin importar nada, es una de las personas más importantes junto con César en este momento de mi vida, y estoy seguro que no quiero perder su amistad.
Todos y cada uno de ellos tiene una historia a mi lado, y estoy seguro de que
así como los molesto yo a ellos, ellos me molesten a mí, ya que eso es lo que
hace de nuestra amistad envidiable. Amigos, hermanos, mis hermanos, somos 9 en
total aunque solo estamos 8 aquí en Guatemala, siempre los llevaré en mi
corazón y siempre serán el motivo de mis ganas de seguir adelante. Personas que
me han enseñado que no debo de temerle a nada y que todo es posible, gracias Vaitos
y gracias por incluirme en su grupo y en sus vidas, nunca los olvidaré.